Spanking por Jack Rinella

El raciocinio, la espontaneidad, la imaginación deberían de primar en las relaciones personales. Pero cuando se trata de prácticas concretas no es que sea bueno o idóneo el conocimiento de las mismas sino necesario y fundamental, inclusive cuando el reiterativo y minucioso detallismo nos pueda parecer exagerado como pudiera ser el caso de este escrito.

Spanking

El spanking, o flagelación suave, es una forma de disciplina mucho más personal e íntima que otras. No hay nada como la sensación de tener a tu sumiso/a sobre tus rodillas, con las nalgas desnudas arqueadas, estremeciéndose de temor y anticipación. Para el sumiso/a, proporciona un sentimiento excepcional, física y mentalmente

Uno de los factores que separan al spanking de otras formas de disciplina es la ubicación deliberada, e incluso ceremonial, de los participantes.

Aunque algunos spankings son casuales, prefiero los que incluyen el ritual del posicionamiento. Tanto el azotador como el azotado adoptan posturas que faciliten y mejoren la experiencia. Estas posiciones, generalmente, conducen a dar al azotador una ventaja sobre el azotado. El azotador o azotadora disfruta de las siguientes ventajas:

*De pie o sentado, el azotador se sitúa cómodamente.

*Es capaz de mover su brazo en un ángulo natural, siendo así capaz de realizar un spanking prolongado con facilidad, gracias a su posición.
*Como puede mover su brazo en este ángulo natural, el azotador puede azotar los lugares deseados con precisión y fuerza.

Si está de pie, quien azota no sólo puede mover el brazo sino que también puede rotar el cuerpo para liberar la máxima energía sobre un trasero que la espera ansiosamente. La posición del azotado, en cambio, está diseñada para exponer completamente sus nalgas y colocarlas en el ángulo y a la altura adecuadas. Por tanto, el azotador está en posición de azotar fácilmente el trasero en el ángulo correcto, y es mucho más difícil que un golpe caiga demasiado alto o demasiado bajo. Además, ambas posiciones permiten que el azotador controle fácilmente al azotado.
El azotador se sienta o se queda de pie más alto que el azotado, y adquiere la capacidad de manejar y situar al azotado con facilidad. El azotado obtiene los siguientes efectos de su posición:

*Excepto por la notable excepción de sus nalgas, creo que es importante que el azotado se encuentre relativamente cómodo, de tal manera que pueda concentrarse en las sensaciones que se le infligen. Al doblarse y adquirir la posición para recibir el castigo señala el principio del mismo y dispara la anticipación.

•Un azotado convenientemente colocado tenderá a ser azotado más fuerte y más completamente en la “zona de sentarse” sensible. Ponerlo sobre las rodillas es una postura infantil y humillante. “Asumir la posición” es humillante y profundiza en el hecho de que va a ser azotado. Un trasero adecuadamente colocado está completamente expuesto. Los hombres muestran su ano y la parte posterior del escroto. Las mujeres quedan incluso más expuestas, con su recto y su vulva totalmente visible. Las posiciones de spanking sitúan el centro de atención el el trasero de la persona azotada, un hecho que no pasa desapercibido.

*No sólo es que el trasero esté expuesto y destacado, sino que el azotado siente que lo está “mostrando voluntariamente” y presentándolo para su castigo de la misma manera en que el condenado coloca su cabeza bajo el hacha. El azotado sabe que su trasero no puede evadirse o escapar a los golpes. Ponerse en posición voluntariamente (aunque luego se le ate) es el acto primario de sumisión en el spanking.

*Una vez posicionado, el azotado ha cedido el control y no lo podrá recuperar fácilmente hasta que el spanking termine. Va a tener problemas para retirar su trasero de la línea de fuego, incluso aunque lo intente.

*Cuando uno permanece de pie, puede apretar sus nalgas, mitigando el dolor de los golpes y la exposición. Adoptando la posición adecuada, es más difícil apretar las nalgas y el spanking se aplicará sobre un trasero relajado y rebotante.

Desde el punto de vista de un amante de los traseros, hay pocas veces en que alguien se muestre más adorable y hermoso que cuando está posicionado o posicionada para ser azotado/a. No sólo es que el trasero queda destacado, sino que adquiere una forma hermosa y resulta eróticamente respingón. Las posturas de spanking son sexys incluso para las personas que no gustan de esta práctica.


A continuación se describen varias posiciones eróticas y útiles para la práctica del spanking, las tácticas que pueden usarse para mejorarlas y las precauciones que hay que tomar. Todas las descripciones asumen que el azotador es diestro, si fuese zurdo, inviértanse.Posiciones específicas

*Sobre el regazo. El azotador se sienta en una postura cómoda en una silla sin brazos, con las piernas juntas. La persona que va a ser azotada se acostará de bruces sobre el regazo del azotador, con la cabeza hacia la izquierda y los pies hacia la derecha. Debe de estar situada a la suficiente distancia del vientre del azotador para que su trasero esté convenientemente colocado sobre el muslo derecho de éste. La cabeza y hombros de la persona azotada, así como sus rodillas, deben estar angulada hacia abajo para ofrecer las nalgas levantadas; si aprietas la cabeza con la mano y das unos azotitos en los muslos obtendrás la postura perfecta. Las rodillas debes estar separadas al menos quince centímetros; de esta manera, los genitales quedarán expuestos. Dependiendo del tamaño de la persona, los dedos de los pies estarán apoyados en el suelo o algo elevados. Igualmente, las manos pueden estar apoyadas en el suelo o colgando; está prohibido dirigir las manos a la zona de flagelación. De una manera u otra, todo el peso de la persona azotada reposará sobre el regazo de la azotadora. Antes de empezar a azotar, la persona azotadora agarrará la cintura de la víctima, por encima de la cadera derecha. con la mano izquierda, para que no se mueva. Entonces podrá apoyar el codo izquierdo en la espalda lejos de la columna vertebral para que no salte. Finalmente, la persona azotadora levantará un poco la rodilla derecha y girará el tronco también hacia la derecha, de esta manera dispondrá de un mejor movimiento del brazo. La combinación de todas estas técnicas permitirá a la persona azotadora sujetar firmemente a la azotada y sacudirle hasta sacarle el alma.

*Sobre la rodilla. Es similar a la anterior, pero la persona azotada está combada sobre la rodilla izquierda de la azotadora, con las piernas sujetas por la pierna derecha de ésta.

*La manos en los tobillos. Esta es la clásica posición de disciplina inglesa escolar de la época victoriana. El o la estudiante debe ponerse de pie en una zona libre de obstáculos con los pies bien separados. Con las piernas y espalda rectas, debe doblarse y agarrar los tobillos con las manos. Quien le vaya azotar debe vigilar las manos, y si las mueve de los tobillos, añadir unos cuantos azotes a la cuenta. Habrá de ponerse mirando hacia el lado izquierdo de el o la estudiante, lo bastante lejos como para que la vara, fusta o paleta, sobrepase la nalga derecha y en la posición adecuada para que el instrumento de flagelación alcance ambas nalgas simultáneamente. No es posible exponerse más que en esta posición; cuando le decimos a alguien que se doble y se agarre los tobillos, le estamos diciendo “tengo la intención de azotarte seriamente el trasero. Así que no sólo me lo ofrecerás para que lo haga, sino que además te esforzarás y harás todo lo posible para mantenerlo así. Y durante la flagelación seguirás sacándolo y ofreciéndomelo”. Dado que el ángulo entre las piernas y tronco es de mucho menos de 90º, esta posición separa las nalgas y expone el recto y los genitales más que cualquier otra posición. Si se desea atar a la víctima en esta postura, se puede hacer con una barra o un cepo. Esta posición de flagelación es, pues, magnífica, pero sólo funciona bien y con seguridad para azotar a las persona flexibles y no demasiado delgadas, especialmente cuando se usa un instrumento pesado. La gente poco flexible no puede alcanzar los tobillos sin doblar las rodillas. Y los traseros demasiado delgados se estiran y dejan demasiado al descubierto los huesos pélvicos, lo que es peligroso especialmente si se usa una vara o pala pesadas.

*Las manos en las rodillas. Es una técnica más sencilla y segura que la anterior. Visualmente se parece mucho, pero resulta más cómoda porque las manos de la víctima agarran las rodillas en vez de los tobillos. Dependiendo de las personas, esta posición puede ser incluso más atractiva, pues la espalda se puede arquear un poco y la persona azotada puede levantar el trasero. De hecho, contra más arriba se sitúen las manos, más se pueden sacar las nalgas. De un modo u otro, y como en el caso anterior, los pies deberán estar bien separados y la posición de las manos es obligatoria so pena de castigo. Dado que la espalda se puede arquear y por lo tanto las nalgas se pueden mover, se debe utilizar alguna técnica para que el o la estudiante se mantenga en la posición correcta. Por ejemplo, se le puede obligar a mirar un determinado punto de la pared.

*Sobre la mesa, de puntillas. Esta es otra postura escolar. El o la estudiante debe recostarse sobre una mesa, con la nariz y el pecho apretados sobre la misma. La manos deben apoyarse en la mesa (o ser atadas a las patas). Entonces, deberá ponerse de puntillas para levantar el trasero. Si durante la flagelación toca el suelo con los talones, la gravedad del castigo debe incrementarse seriamente.

*Sobre un caballete. Esta es probablemente la mejor posición para  flagelaciones serias e intensas. El caballete debe ser muy estable. La persona se recostará sobre el mismo, cargando todo su peso. Los pies y las manos se aferrarán a las patas del caballete (o se pueden atar). Se trata de una postura relajada y cómoda, apta para azotar de manera prolongada y muy intensa.

*Sobre la cama. Esta es otra postura ideal para flagelaciones prolongadas e intensas. De hecho, es recomendable cuando se piensa hacer una flagelación realista. La persona azotada se tumbará boca abajo sobre la cama, con el bajo vientre y los genitales apoyados sobre varios almohadones, y permanecerá con los brazos y las piernas abiertos en X (o será atada en esta posición). Esta posición tiene la ventaja de que los golpes, en vez de circular lateralmente como en las demás, se dan de arriba abajo, con lo que la fuerza utilizable es mucho mayor. Si realmente deseas sacar la piel a tiras a tu víctima, esta es la poción ideal.

*De rodillas en la silla. Esta es una de las mejores posiciones para flagelar a un nivel mediano a personas con grandes traseros. Realizada adecuadamente, exhibe las nalgas como ninguna otra. El truco radica en la ejecución. La persona azotada debe arrodillarse en el asiento de una silla cómoda (reserva esas rodillas para después), de cara al respaldo,con los muslos rectos y el tronco arqueado sobre el respaldo. De nuevo, se le debe ordenar que arquee adecuadamente la espalda. Hay dos cosas que ocurren con esta posición: en primer lugar, el respaldo de la silla impide que la persona sumisa se doble tanto que el arco de la espalda sea inadecuado. En segundo lugar, arrodillarse con las caderas en el ángulo correcto permite que las nalgas sobresalgan más.

Tácticas

He descubierto que las siguientes tácticas mejoran la posición y el mantenimiento de la misma:

*Ajuste y reajuste. Creo que es importante posicionar y ajustar a la persona sumisa antes de dar el primer golpe. Se debe hacer énfasis en colocar y presentar el trasero completamente. Durante la flagelación, la víctima debe ser reajustada conforme varíe la posición.

*Instrucciones verbales. Es mejor ordenar a la persona sumisa que mantenga voluntariamente la posición, especialmente cuando se azota de pie. Por lo tanto, la comunicación verbal es necesaria para hacer que la persona azotada asuma la posición correcta continuamente.

*Exigencia. Uno de los aspectos disciplinarios de la flagelación es que no importa lo perfectamente que se coloque la víctima, siempre puede mejorar la posición, mostrar las nalgas un poco más, etc… La persona que azota, por tanto, no debe sentirse culpable de exigir posiciones un tanto excesivas o irreales.

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