¿BDSM = SEXO?

BDSM y Sexo: Dos conceptos que no son iguales.

Es muy común que las personas, sobre todo aquellas ajenas al medio, asocien prácticas como el sadomasoquismo a una búsqueda de sensaciones diferentes. A pesar de que esta idea no es tan ajena a la realidad, también se vuelve un factor común que se considere que el sexo es una consecuencia obligatoria al practicar BDSM.

Con frecuencia se debate si tanto el sexo como el BDSM son dos cosas que deben ir de la mano, si son paralelas o necesarias cuando en realidad ambas tienen concepciones diferentes. Si bien es cierto que el practicar BDSM tiene como finalidad experimentar formas alternas de placer, no todo este placer conlleva una connotación puramente sexual.

Por extraño que parezca, los practicantes no tienen las mismas reacciones y sensaciones con el sinfín de prácticas que pueden realizar. Del mismo modo que no todos sienten afición por el sadomasoquismo o la humillación, no todos experimentan lo mismo al efectuarlo.

Es preciso mencionar que la idea de que el sexo va ligado a fuerza con el BDSM se debe en parte a las concepciones sociales y a lo que se muestra en Internet. Las personas, sobre todo aquellas que inician en el medio o tienen curiosidad y deseos de probar cosas nuevas, suelen quedarse con las ideas que muestra la pornografía donde las escenas son básicamente las mismas: después de una dura sesión sádica o humillación extrema, ambas personas se excitan tanto que deben tener sexo para finalizar. Esta situación no es mala ni incorrecta pero estas influencias son las que suelen generar la idea de practicar BDSM exclusivamente para tener sexo.

Las interacciones con otras personas no poseen el mismo significado ni tienen el mismo marco. Uno puede estar con otra persona que no le inspire deseo sexual y sin embargo puede llevar a cabo una sesión. Esto se debe a que en varios casos las personas sienten atracción y placer por ejecutar la sesión o la práctica independientemente de la persona con la que lo realicen aunque es natural considerar que, aún siendo un juego, debe existir cierta confianza y atracción.

Existen practicantes que encuentran una satisfacción personal y emocional al integrar el BDSM a su vida (y no necesariamente sexual), algunos sienten tranquilidad (sus cuerpos se relajan), desprenderse un poco de sus situaciones personales, otros inclusive como un juego (como aquellas personas que gustan de ser atadas e intentan escapar de los nudos) y otros más como una actividad de riesgo para sentir adrenalina.

Enfocándose en el ámbito sexual, algunos practicantes no consideran necesario el coito ya que la práctica o la sesión puede resultar muy satisfactoria (algunos consiguen excitarse y sentir orgasmos sin llegar al coito).

Así como el estilo y forma de llevar el BDSM (como juego, práctica sexual o estilo de vida) varía de una persona a otra, también involucra la finalidad que se tenga para practicarlo, lo que se quiera y busque sentir.

Decir que el BDSM sirve para tener sexo es tanto como decir que el BDSM es necesario para sentir placer. Aun en las relaciones donde no se realizan estas prácticas, la seducción juega un papel muy importante en el acto sexual. El sexo sin premeditación ni seducción puede ser muy burdo y menos satisfactorio. Inclusive existen situaciones donde el seducir basta para que las personas alcancen un orgasmo o placer.

Existen distintas formas de experimentar placeres diversos; desde comer un alimento preferido hasta escuchar una pista o melodía que genere placer y tranquilidad, un aroma o una situación.

Al practicar BDSM lo importante es identificar qué placer se busca saciar y cuál es la manera de hacerlo, ser claros con uno mismo y dejarlo claro a quienes desean ser partícipes de ello. Es necesario entender y aceptar que las personas somos diferentes y tenemos intereses que pueden chocar con los de otras personas pero no por eso estamos obligados a aceptar imposiciones.

Fuente: http://www.bdsmrevista.com/2015/06/15/bdsm-sexo/

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