Tipos de azotaina (spanking)
- ¿Que es una azotaina?
Una azotaina es, según el Diccionario de la Real Academia una “zurra de azotes.” Y un azote es, (en su cuarta acepción, que es la que nos interesa) un “golpe dado en las nalgas con la mano”. Una nalgada es, (segunda acepción) un “golpe dado en las nalgas”. Por nuestra cuenta, agregamos que también puede ser dado con algún objeto plano, como una paleta.
Y para la mayoría de la gente, una azotaina, o “unas buenas nalgadas” deben ser dadas con el castigado boca abajo sobre el regazo del que castiga, con sus nalgas desnudas redondas y rellenitas ofrecidas y listas para cambiar de rosado a rojo furioso, sentirlo retorcerse contra sus muslos, escucharlo pedir por favor que pare, que ya es suficiente.
Una azotaina, (nalgadas, latigazos, cinturonazos, lo que sea) puede ser un castigo, puede ser diversión, puede ser una experiencia erótica.
- La posición
Desde luego, no hay una posición obligatoria para las nalgadas, y Ud. puede encontrar muchas en posiciones para azotar.
Voy a describir en detalle la tradicional, sobre la falda.
La escena comienza con el castigado parado a la derecha del que va a azotar, (la figura y descripción son para un dominante diestro. Si es zurdo, invierta todo). Hágala recostarse sobre su regazo o ayúdale, tomándole la muñeca derecha con su mano izquierda y dando un tirón. Cuando los muslos de ella choquen con los suyos, bastará muy poco esfuerzo para hacerla caer, y sentirse forzada y dominada.
Todo el peso del castigado debe apoyarse en las piernas del que castiga. Dependiendo de su altura, las manos y los pies quedarán en el aire, o apenas tocando el suelo. Si el castigado fuera un hombre su pene debe apoyarse sobre los muslos, con la punta hacia a bajo y a la izquierda (a menos que su reacción a la escena no lo permita).
Su mano izquierda puede apoyarse en la base de la espalda, o tomar de la cintura. Su codo izquierdo debería apoyarse en la espalda más arriba, hacia los omóplatos, para impedirle levantarse.
Si bien muestro las manos del castigado colgando, probablemente la izquierda se tome de la silla para estabilizarse. Si su mano derecha se levanta para protegerse, tómela con la izquierda y sosténgala en la base de la espalda o en la cintura.
Si las manos se transforman en un problema, sosténgalas juntas en la base de la espalda, atándolas antes si es necesario.
Si las piernas tratan de levantarse, un par de palmadas fuertes en los muslos deberían ser lo único que se necesita para bajarlas muy rápido.
Las nalgas del azotado quedarán en mejor posición si la pierna derecha del que castiga está un poco más alta que la izquierda. Apoye la punta del pié derecho en el piso y el talón contra la pata de la silla, o use una caja, una ladrillo, o un taco de madera de alrededor de 5 cm. si planea un castigo largo.
A veces, colgar con la cabeza para abajo hace que el castigado se maree. Si eso ocurre, modifique la posición haciéndola recostar su torso en otra silla, o aplique el castigo sentado en un sillón o el borde de la cama.
La posición parece simple, pero como sabrá si fue azotado, el castigado está fuera de balance y sin puntos de apoyo, así que le resulta difícil liberase, aunque se retuerza y lo intente. Está indefenso.
Si el castigado es más grande o más fuerte que el que castiga, puede ser dominado más fácilmente si se lo hace acostarse sobre su rodilla izquierda y le sujeta las piernas con su pierna derecha. En esta variación, el castigado debería quedar un poco en diagonal, con la cabeza al costado de la silla, para mejorar la posición de su trasero. Tiene un inconveniente (?), que es que, al moverse, el muslo izquierdo del castigado friccionará contra partes muy sensibles de la anatomía del que castiga.
Hay diversos tipos de palizas que pueden ser clasificadas (sin mucho rigor) como:
- Nalgas rojas
Las azotainas son la más difundida de las actividades de BDSM. Desde una palmada juguetona en las nalgas, a las tradicionales azotainas de cumpleaños de EE.UU. (“una palmada por año y una para crecer”) o como parte del juego previo a las relaciones sexuales, mucha gente juega con nalgadas aún cuando piensen que BDSM es algo para pervertidos.
Algunas de esas estadísticas difíciles de creer que aparecen cada tanto en el área (¿quién puede hacer encuestas sobre algo de lo que la mayoría de la gente no discute con extraños?), estima que más del 50% de la gente usa palmadas de algún tipo como juego sexual.
- Azotainas juguetonas
Son la que se dan sólo por diversión, con todos alrededor riendo y bromeando, como las “palizas de cumpleaños” norteamericanas, o un par de palmadas en la cola como broma. Están difundidas aún fuera de la comunidad de BDSM. Es la clase de palizas que de dan cuando se juegan los “juegos de palizas” que se pueden comprar para jugar en grupo, y también la mayoría de las dadas en los juegos sexuales previos a las relaciones, aún entre parejas “vainilla”. Usualmente se usa la mano o algún implemento liviano, y usualmente implican poco dolor (a lo sumo algo de ardor) o ninguno. El placer es compartido.
- Azotainas sensuales
Son las que se dan por la experiencia sensorial en si, para disfrutar recibiendo diferentes sensaciones, para llevar al sumiso a la ecstagonía del placer. Comprenden caricias, suaves o violentas, tocar al otro, sentir al otro sobre el regazo o sentirse uno mismo en el regazo del otro. El placer debe ser mayormente para el sub.
Son parte de los juegos amorosos antes de tener sexo, o parte del sexo mismo. Se utilizan para excitar a la pareja o para aumentar la excitación propia. El placer es compartido.
En los dos últimos casos, los instrumentos usados y la cantidad de dolor dependerán de los gustos de la pareja. Puede leer nuestro artículo sobre las azotainas sensuales o sexuales.
- Azotainas “porque si”
Por qué arruinar el placer de una buena paliza con excusas sobre por qué darla? Este tipo de azotaina se da porque el dominante quiere mostrar quien manda, porque el sumiso necesita una, porque ambos quieren disfrutar del juego o sólo por que si.
De este tipo son las palizas “de mantenimiento” dadas por un “Amo” a su “esclavo” sólo para recordarle su lugar. Y de esta clase es el antiguo consejo de darle a su pareja una zurra de cuando en cuando (”tal vez Ud. no sepa porque le pega, pero probablemente ella si”) ().
Desde luego, los instrumentos y el nivel de dolor dependerán de los deseos de los participantes.
Azotainas de castigo
Estas son las palizas reales, las que se usan para provocar un cambio de comportamiento. Se dan para castigar alguna falta cometida por el sumiso en la vida real o durante una escena. Como las que dan los padres a sus hijos, se supone que sean desagradables. Para ser útiles el castigado debe recordarla como una experiencia que debe ser evitada. Para las azotainas de castigo puede usarse algún instrumento, y pueden no darse sobre las rodillas. El no tocar al castigado sino con la herramienta puede ser parte del castigo. Esta es la ocasión para darle “seis de los buenos”, o una buena ración de correazos. El nivel de dolor necesario dependerá del nivel de sensibilidad del castigado.
Es la única en el que el placer es sólo para el dominante.
- Azotes para “quebrar”
Aunque suelen ser muy dolorosas, estás azotainas no son tanto físicas como psíquicas. Su propósito es quebrar las barreras del sumiso, permitiéndole llorar hasta que se le acaben las lágrimas. Se dan normalmente a pedido del sumiso, que necesita ser reducido a un estado infantil, donde llorar está permitido y nada se puede ocultar.
Tenga mucho cuidado: está tocando muy profundamente los sentimientos del castigado, puede haber una regresión a la infancia, y si el sumiso fue castigado muy severamente o abusado cuando niño, o por una pareja anterior, puede despertar memorias dolorosas.
En este tipo de palizas, el “después” debe ser especialmente intenso. El sumiso deberá ser abrazado, acariciado, besado. Se lo deberá cuidar, y se le debe recordar que es un ser humano valioso, que es amado, respetado y necesitado.
Desde luego, se requiere mucho dolor para romper las estructuras mentales del sumiso.
No trate de hacerlo con un desconocido, o si su relación no es muy estable, o si no está totalmente seguro de lo que está haciendo.
Esta azotainas no significan placer, se dan para cubrir una necesidad del sumiso.
- ¿Y después de la azotaina?
Si bien todas las escenas deben terminar con abrazos y caricias, consolando al sumiso, y demostrándole que es apreciado y querido, y aun cuando las sesiones de castigo no son una excepción, pienso que eso debería ser pospuesto por algún tiempo. Haga que se levante y mándela al rincón con las manos sobre la cabeza o los brazos cruzados atrás.
Hay un conflicto aquí. Si no la deja tocarse las nalgas después de la paliza, el ardor va a durar más, pero Ud. se va a perder uno de los placeres de las nalgadas: ver al castigado bailando de dolor mientras se frota furiosamente las nalgas. Su elección: ella sufre o Ud. disfruta.
Mandarla al rincón no es sólo conveniente para alargar el sufrimiento y darle tiempo para pensar en cómo debe comportarse, pero también para permitirle a UD. verla moverse, bailar un poco, y para admirar su obra, admirando sus nalgas rojas e hinchadas.
Entonces hágala agradecerle el castigo, haga que le cuente sus buenas intenciones para el futuro, hágala humillarse. Las muestras de remordimiento son una condición necesaria para el perdón, y una prueba de que el castigo fue suficientemente severo.
Y entonces, finalmente, los abrazos y caricias, para mostrarle que está perdonada, y que todo irá bien de aquí en adelante.
Tomado de: http://www.angelfire.com/ex/ecstagony/informacion.htm
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