Sadismo

El sadismo es un comportamiento consistente en sentir placer causando dolor físico o psicológico a otro ser vivo (mujer, varón, niño o animal). Se sabe que los torturadores disfrutan de torturar a sus víctimas. El origen del nombre está en el Marqués de Sade, aunque el sadismo no siempre tiene un carácter sexual.

Cuando el sadismo tiene carácter sexual es una parafilia, y consiste en una forma de obtener excitación y placer sexual causando dolor físico o humillación. El sadismo implica impulsos sexuales y comportamientos que implican actos reales, no simulados ni fantaseados como en el sadomasoquismo, sin el consentimiento del partenaire (como en el sadomasoquismo) en los que el sufrimiento psicológico o físico y la humillación de la víctima es lo que genera la excitación sexual.

Los actos sádicos pueden involucrar actividades que indican el dominio sobre la víctima: obligarla a arrastrarse, encerrarla en una jaula, inmovilizarla físicamente con cadenas, sogas o esposas, tenerla atada con los ojos vendados, darle una paliza (pegarle, golpearla, azotarla de distintas maneras), pincharla, morderla, quemarla con cigarrillos, aplicarle descargas eléctricas con una picana, violarla, cortarla, intentar estrangularla para dejarla sin respiración sin llegar a matarla, torturarla de todas maneras, mutilarla. Algunos sádicos llegan a matar a la víctima y a otros les alcanza sólo con humillarla.

El sádico puede violar a la víctima o no. También puede masturbarse sin llegar a penetrarla, o penetrarla con objetos. A veces sólo el acto de la violación implica sadismo sexual.

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