Feminización forzada

La Feminización (en inglés puede encontrarse como Feminization o Feminisation) se utiliza para describir la práctica de cambiar el papel de género de un hombre sumiso. En el BDSM suele realizarse sobre todo dentro de la dominación femenina (Femdom).

El macho es vestido con ropa femenina, puedes obligarle a vestir únicamente lencería femenina y nada más, hasta vestirle completamente con ropa femenina, incluyendo maquillaje, peinado, esmalte de uñas, zapatos de tacón… Algunos hombres se encargan de realizar tareas consideradas “femeninas” y/o son obligados a comportarse, sentarse, caminar, actuar, hablar, de “una manera femenina”. Esta feminización puede completarse con castigos físicos como azotes. Y que el sumiso ruegue y suplique para detener la feminización, puede ser parte de la fantasía.

Los trajes que se obliga a llevar a estos sumisos suelen ser de sirvienta o criada, reforzando la idea de servidumbre, uniformes de colegiala, princesa,  secretaria, dama “mariquita”, prostituta… (en nuestra sección de Disfraces tienes opciones económicas para jugar).

La feminización forzada también puede incluir que el macho sea penetrado analmente por otro hombre, o por una mujer usando un strap-on, un dildo o cualquier otro juguete anal. Esto responde a la percepción de que el sexo anal pasivo es algo “femenino” e inferior. También es frecuente forzar al hombre feminizado a realizar sexo oral a otro hombre.

Otra práctica común en la feminización es el control del orgasmo, a menudo mediante el uso de un cinturón de castidad. También puede feminizarse el nombre del sumiso, por ejemplo de Claudio a “Claudia”, como parte del refuerzo del rol, aunque es frecuente que el hombre sumiso tenga un nombre femenino diferente de su nombre masculino. También se suele referir a él con términos despectivos como “zorra” o “puta”…

La palabra clave aquí es “forzada”, estamos hablando de un juego de rol en el cual “se obliga” al sumiso a feminizarse como forma de humillación, como muestra de servidumbre, de inferioridad, etc. Pero la feminización también puede darse en el contexto de una relación afectuosa, aunque ese es otro post.