Pseudo o Dominante

Sentir que eres sumisa, querer saber más sobre la dominación y el BDSM, aprender a disfrutar y aceptarse a uno mismo… Es algo muy hermoso. Pero es muy difícil empezar en esto sin saber nada o sin tener alguien que te guíe. Por eso es necesario hablar de los problemas y dificultades que tienen que sortear las sumisas a la hora de querer buscar un dominante. Mi Amo me propuso escribir mi experiencia, ya que bastante gente me lee, tanto dentro del mundo BDSM como gente vainilla.

El problema aquí es que no sé por dónde empezar, así que supongo que lo mejor es contar mi experiencia desde el principio.

Conocí el BDSM, gracias al libro 50 sombras de Grey. Mi Amo considera que es una obra horrible en muchos sentidos, que representa fatal el estilo de vida BDSM (ni se acerca, de hecho), pero admite que gracias a la repercusión de ese libro, mucha gente comenzó a sentir curiosidad sobre algo que llevaban dentro y no sabían definir (como me paso a mi). En particular los libros me llamaron muchísimo la atención y, si bien busqué información con respecto al tema (quería saber de dónde venía la idea de los libros), al no saber cómo buscar encontré muy poca información.

El concepto de sumisión, someterme a alguien, ser dominada… eran cosas que me atraían y excitaban muchísimo, que las llevaba dentro y desconocía por completo. En ese momento no conocía el término BDSM, solo las palabras Amo y sumisa. Habiendo leído los libros y teniendo esa poca información que puede sacar de internet me metí en una página de relatos eróticos que tenía un chat. Sí, lo sé, no es muy buen lugar para buscar un dominante, pero en aquel momento no tenía forma de ver que era un error. Allí encontré a mis primeros “amos”, hombres con ganas de poseer una mujer sin reparos y me encontraron a mí, dispuesta a someterme sin prejuicios ni conocimiento de ningún tipo. El gran problema para una sumisa primeriza sin idea del tema, es que esos que dicen ser dominantes no son más que machistas que usan el concepto del BDSM para hacer lo que quieren. Y hay muchísimos ahí fuera. Con ellos no existen protocolos, reglas, ni palabras de seguridad… Las consecuencias de cruzarte con uno de estos pseudo amos pueden ser terribles, sobre todo psicológicamente, si no se tiene cuidado. Realmente por dos años la pasé muy mal, pase de mano en mano, apenas encontré algún dominante con un poco de idea… Sin embargo, absolutamente ninguno de ellos me enseñó nada, excepto a tener más cuidado y desconfiar. Durante ese tiempo ni siquiera aprendí que este tipo de prácticas debían ser sanas, seguras y consensuadas.

En esos años renuncié varias veces a ser sumisa, pensaba que era absurdo someterme a alguien para después negarme a sus órdenes. En este punto me imagino a muchos diciéndome “entonces tan sumisa no eras”(de hecho, es algo que ya me han dicho otras veces). Yo pensaba lo mismo pero descubrí que la gracia del BDSM es que ambos disfruten y yo no disfrutaba ni un poquito. De hecho, es horrible hacer algo que no quieres hacer, sentirte forzada a hacerlo porque si no crees que eres una “mala sumisa”. Es una mezcla de sentimientos negativos que resultan abrumadores.

Me puse de novia, mi novio pensaba que el BDSM era algo enfermo, que yo no era sumisa por como actuaba con él, que… Bueno muchas cosas más. Deje mi sumisión por ese tiempo ya que claramente él no me entendía y pensé que sería lo mejor. De vez en cuando entraba a algunos chats para charlar y sentirme bien conmigo misma. Hasta que me encontró mi Amo.

Se dedicó exclusivamente a educarme por un tiempo, casi como un Tutor, y me di cuenta que no sabía nada del BDSM, pero aprendí mucho y hoy les puedo contar esto. 

Mi educación desde el inicio, fue muy placentera y no lo digo en forma sexual (que también) sino de una forma más espiritual. Me sentía en mi mundo, sentía que había llegado a donde necesitaba, a mi lugar, a donde pertenecía. Sentía felicidad siendo sumisa. Desde el comienzo mi Amo fue muy distinto a cualquier otro, debo admitir que al principio no lo entendía, buscaba que confiara en él, que me sintiera segura y cómoda. En mi cabeza no entraba que alguien quisiera mi confianza, ya que normalmente ningún pseudo la necesitaba, ya que estaba a los pies de cualquiera que me lo pidiese. A medida que el tiempo pasaba, más reglas y normas me iba enseñando, me hacía notar que todo lo que anteriormente había hecho estaba mal, pero no por ser una mala sumisa. Tengo que admitir que muchas veces esto me hacía sentir realmente mal, por dos años estuve siendo víctima de la mala información y de la gente sin escrúpulos. Sin embargo llega el día de hoy en donde estoy completamente feliz con mi sumisión, de que él sea mi Amo. Soy consciente que me falta mucho por aprender aún, pero nunca más voy a volver a pasar por lo que pase en su día.

No puedo evitar destacar nuevamente que no es como cualquier otro dominante, él tiene una paciencia indescriptible, es dulce, tierno y severo cuando es necesario. Él me salvó y creo que se necesitan más dominantes como él, dominantes dispuestos a ayudar y enseñar. Dominantes con la capacidad de librar cualquier alma sumisa.

Una de las cosas más importantes que me enseñó y que toda sumisa primeriza debería saber es que nosotras tenemos el poder. Suena contradictorio, pero es así. No debemos entregar nuestra sumisión a ciegas, sino que debemos elegir a quien entregársela. Les aseguro que no hay nada más placentero que ceder ese poder, darle el control y entregarse por completo a la persona adecuada. Tener límites, usar la palabra de seguridad… no te hace mala sumisa. Y si el dominante al que estás empezando a conocer no respeta eso o no está de acuerdo, no merece tu tiempo, tu entrega, ni mucho menos tu cuerpo.

Una vez aprendidas estas cuestiones noté que comenzaba a ser más fácil el descubrir a los pseudos y aprendí cómo tratarlos. Mi Amo me permite hablar con otros dominantes y es increíble la cantidad de pseudos que me encuentro. Ahora soy consciente de que con algunos te das cuenta al momento porque sin duda en sus primeras frases hay algunas como “Quiero ser tu Amo”, “Deseo hacerte mía”, “Eres una perra mi perra” entre otras... También está la típica que después de aclararle que se tiene Amo, dicen que no importa o no se tiene que enterar. Estos son los menos peligrosos porque sabiendo un poco de la teoría lo descubrís a los segundos.

Sin embargo están aquellos que a primera vista cumplen con las normas básicas, conocen las bases pero creen que no vale la pena, que ellos son mejores que los principios. Estos creen que las reglas lo limitan como dominante, que realmente no sirve y que él tiene sus propias reglas. Estos si son los más peligrosos ya que siendo novata, o incluso teniendo poca información, engañan…

Charlando con tantos dominantes todos me dicen que es muy difícil conseguir sumisas y/o sumisas que no jueguen a serlo sino que lo sean realmente. Normalmente no les respondo más que un “Sí… Es complicado…”. En mi cabeza siempre pienso que ni tienen idea lo difícil que es para nosotras el hecho de descubrir si es dominante en serio o un pseudo, y esto obviando que realmente no estamos hablando de si es bueno o no, solo si lo es…

Creo que realmente entiendo el porque la gente fuera de esto piensa cualquier cosa, porque se queda en la superficie, se queda en los pseudos.

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