Gor. El paradigma de los mundos de ficción sexual.

 

GOR. EL PARADIGMA DE LOS MUNDOS DE FICCIÓN SEXUAL.

 

Varios son actualmente los portales sobre BDSM en español en donde existe un apartado específico con el título "Gor". Empezando con una anécdota personal, en cierta ocasión, charlando con mi consumisa Maya, me comentó: "¿Qué es esto de Gor y por qué os fascina? No lo entiendo bien"; bajo la atenta escucha de nuestra ama, que yo sabía que simulaba estar distraída. le explicaba a Maya que "Gor" es un mundo ficticio relatado en una serie de novelas, una especie de referente que ha dejado impronta en la cultura BDSM. "Goreano", por ejemplo, sería el DOm abusador que trata con despecho a su sumisa; "hablar en goreano" se dice cuando una sumisa se dirige a sí misma en tercera persona resaltando su condición de ser propiedad de su Dom: "tu esclava tiene sed", "tu perra te pide que la escuches"; algunas de las llamadas "posturas de esclava" que aprendemos en algún adiestramiento son llamadas "posturas kajira" o "posturas goreanas" (1).

No soy una experta en Gor ni mucho menos en los que llaman "filosofía de Gor", pero sí me he interesado por el mundo fantástico sadomasoquista de Gor durante algún tiempo, como también lo hice con la serie de "Las aventuras de Gwendoline" o he fantaseado con "Historia de O". Nacida millenial, puede decirse que me desteté con internet. Fue un ciberamigo del facebook quien me envió por vez primera un link sobre ese mundo imaginario, "Slave girls of Gor", que fui traduciendo mentalmente de su inglés original hasta que me di cuenta ya tarde que existía su versión en castellano. La tremenda carga sexual que destilaba aquella novela me enamoró de inmediato, aunque también me daba cuenta que estaba delante de una típica producción de serie B. La saga de Gor es un espisodio totalmente prescindible de la historia de la literatura, incluso de la subliteratura "pulp", pero en ningún caso es un capítulo prescindible de la subliteratura sadomasoquista.

Gracias a la magia de internet, de link en link descargué en mi pc los 23 títulos escritos por Jhon Norman en una semana aproximadamente. Mi interpretación de la llamada "filosofía goreana" (el Amo goreano y sus esclavas; las kajira) son mis conclusiones después de leer la saga y de conocer virtualmente a algunos que se dicen practicantes del "rol goreano".

 

Para empezar. ¿Qué es Gor?

Desde el derrumbe de la civilización imperial grecolatina y la victoria del juedeocristianismo, Occidente ha reprimido la imaginación sexual según los presupuestos dictados por la religión y la moral triunfante. La literatura fantástica fue desde entonces el único lugar que quedó al margen de los tabúes y de las vergüenzas que fueron impuestas al conjunto social. Tradicionalmente la literatura erótica de evasión situaba sus escenarios en un Oriente lascivo y cruel, que era desconocido también para el autor. Las odaliscas que aparecían en las poesías de Gérad de Nerval (“Les filles du feu”, “Promenades et souvenirs”…) o en los cuadros de Delacroix solamente tenían vida propia en la imaginación de los artistas románticos, y los exploradores europeos que regresaban de Oriente Medio se veían obligados a declarar en los salones literarios y geográficos que ellos nunca las habían visto.

A principios del siglo XX, la cartografía de la Tierra, en términos generales, se podía dar por concluida y entonces la literatura fantástica tuvo que emigrar más lejos: a otros tiempos no históricos o a otros mundos y planetas. Los años previos a la Gran Guerra fueron los del nacimiento de un nuevo género literario que empezaron a llamar “literatura fantástica”, la cual,  desde sus inicios tuvo dos variantes principales: la versión “espada y brujería” (“Conan el Bárbaro”, de R.E. Howard, puede ser el prototipo) y la versión “mundos extraterrestres”, que tomó gran popularidad con la Saga de Jon Carter de Marte de E.R. Burroughs (el creador, también, de “Tarzán de los monos”). Herederas directas de esta primera literatura fantástica fueron la “ciencia ficción”  norteamericana y las series “pulp”, también llamadas “series B” debido a sus pocas pretensiones artísticas y a su difusión popular, principalmente, por medio de revistas de entretenimiento. En este contexto hay que situar el mundo de Gor.

Gor es un mundo de fantasía creado por el escritor Jhon Norman ( pseudónimo de  John Frederick Lange, Jr.) en la década de 1960 (2); un planeta con tres lunas que orbita la misma elipse de la Tierra pero en su extremo opuesto, y por tanto no puede ser detectado al estar el Sol en medio de ambos mundos. Los elegidos que en nuestro planeta conoce la existencia de Gor por vías esotéricas lo llaman “Contratierra”, y los fans cibernautas de la saga de Gor la llaman entre ellos “crónicas de la Contratierra”. Sobre Gor gobierna desde las sombras una especie alienígena insectoide, muy avanzada tecnológicamente, que se hace llamar “Reyes Sacerdotes”  y controla a la población humana desde la distancia de un gobierno invisible. Gor está poblado por seres humanos porque los Reyes Sacerdotes llevan siglos secuestrando personas de la Tierra para trasladarlas a esa Contratierra.

Para evitar que los goreanos destruyan su planeta, como piensan que están haciendo los terrestres con el suyo, los Reyes Sacerdotes prohíben y persiguen toda tecnología industrial, aunque los goreanos poseen conocimientos avanzadísimos en otras áreas, como la arquitectura (sus edificios serían imposibles en la práctica) o  la medicina, llegando incluso a curar la vejez. Políticamente, la sociedad goreana se distribuye en ciudades-estado en guerra perpetua unas contra otras y socialmente en castas inamovibles. Una persona nacida en una casta determinada permanece en dicha casta hasta el término de su vida, ateniéndose a las normas, leyes y costumbres de cada casta en particular.

Gor es un mundo  de poderosos e hipermusculados machos humanos donde reinan la crueldad y la violencia en sus estados más puros. Todos los goreanos muestran abiertamente sus emociones para que todos las puedan ver, excepto la compasión. Compadecer abiertamente a alguien está considerado un signo de social debilidad y la persona a quien se compadece lo considera un insulto personal

El protagonista de la mayoría de las novelas de la serie es Tarl Cabott, un neoyorkino que fue secuestrado por los Reyes Sacerdotes y transportado a Gor con la intención de pedirle ayuda en ciertas misiones de control de la población humana en las que ellos no podían actuar directamente por  miedo a revelar su identidad de especie alienígena.

La particularidad de la saga de Gor frente a otras fantasías literarias, lo que sus fans llaman “la filosofía de Gor” es simple: es un mundo de esclavitud sexual donde los varones miembros de los clanes guerreros, mucho más fuertes y ágiles que los terrestres, mantienen nutridos establos de jóvenes y bellas esclavas: las “kajira”, entrenadas para la sumisión y el placer.

 

Hay tres tipos de mujeres en Gor:

Las Mujeres Libres, que no lo son en realidad, sino que en verdad son ciudadanas  semilibres de segunda clase. Viven sus vidas bajo las reglas que los hombres han dictado para ellas, sometidas siempre a padres, esposos, hijos o hermanos. Una mujer goreana libre es siempre educada en que el sexo representa sometimiento, y todas por lo bajo y secretamente odian a los varones como a sus enemigos jurados. En privado se muestran frígidas y en público se cubren con velos. Todas, desde las más niñas a las más ancianas, viven bajo el miedo constante de ser violentadas o secuestradas por cualquier hombre que las sorprenda  desprotegidas. Da igual su estatus social: la hija del gobernador de una ciudad siempre será inferior al último varón de la última casta, y un hijo no se pensará mucho a la hora de vender a su madre a cambio de unas pocas monedas.

Las “panteras” (“taluna”, en lengua goreana), son las únicas mujeres verdaderamente libres del planeta. Son fugitivas que han escapado de sus familias y de las ciudades para vivir ocultas en los bosques, agrupadas en tribus y manadas en un absoluto desafío a la sociedad masculina. Nomadean constantemente de un refugio oculto a otro  para evitar todo contacto con las zonas urbanas, viviendo de la caza y la recolección, y mantienen establos de varones esclavizados con fines reproductivos. Son expertas en el arte del camuflaje y en los combates a distancia, evitando siempre el cuerpo a cuerpo, con sus flechas y dardos envenenados. Se las llama “panteras” entre otras cosas porque han domesticado este animal y lo usan para vigilar sus asentamientos y para su defensa. Todas llevan un envase de veneno colgando de un collar en su cuello, con la intención de suicidarse  antes que ser capturadas por los goreanos. Las “taluna” no son una sociedad femdom, sino una sociedad desesperada.

Las esclavas o “kajira”, que representan la mayoría de la población femenina. Una mujer libre secuestrada (“de velo arrancando”, dicen eufemísticamente) puede pasar a ser kajira; cualquier varón (padre, hijo o hermano) puede entregar o vender sin más a la mujer libre que está bajo su protección para ser kajira; se es kajira si naces de kajira; se es kajira si eres una terrestre secuestrada por los Reyes Sacerdotes y llevada al planeta Contratierra en sus naves espaciales (3).

Las kajira son ante todo esclavas sexuales, entrenadas por los hombres dominantes para su servicio y placer en un rol de sumisas perfectas. Se sobreentiende que  para ellas servir es un privilegio; el ir a buscar vino para su amo, bailar para los amigos de él o permanecer encadenada y callada en una esquina es un privilegio y debe ser ejecutado como tal. Una kajira no tiene derechos (“salvo el derecho de dejar de serlo”, se dice en Kajira de Gor, 1983; es decir, de suicidarse), y jamás percibirá ningún tipo de recompensa por su servicio.

Solamente los hombres en Gor son los dueños de su propio destino. Las kajira son propiedad privada o pública y son apreciadas y cuidadas como tal, pero se les permite vivir y respirar por una sola razón: servir y ser usadas  por los hombres. La kajira obedecerá inmediata e incuestionablemente la menor de las órdenes masculinas bajo pena de ser azotada con el látigo, de pasar hambre y frio en una celda húmeda y oscura, de perder la vida o lo que es incluso peor: se ser arrojada a la calle para ser maltratada por todos  y sobrevivir rebuscando comida en la basura en compañía de los perros. La kajira entiende que su posición es la de servidumbre, que carece de libertad de acción y que debe buscar “la felicidad” en ese modo de vida  sin alternativas.

Una kajira no tiene honor porque no posee nada. Lo único que “tiene” es un cierto “sentido del deber” para mantener y promover el honor del hombre que ha elegido poseerla. La kajira no tiene ego y es entrenada constante y particularmente en el ese saberse desposeída.

Una kajira es educada para asimilar que es una criatura sexual, siempre abierta y dispuesta a toda petición de su amo goreano. Ni siquiera es tímida porque no le están permitidas ni la timidez ni el pudor, como .no le está permitido ser emocional ni reflexiva. Todo aliento que salga de su boca deber ser de sumisión absoluta.

Las kajiras son objetos valiosos y deseables por los hombres de Gor, quienes lucharán y se matarán entre sí para arrebatárselas unos a otros.

La kajira no es en sí una cosa sin sentido, sino un objeto con fuego y espíritu. La kajira cultiva en sí misma todas las cosas bellas y es su deber ser creativa y ser deseable para su amo. Una de las herramientas que les está permitida para ser expresivas es la danza, que usan para llamar la atención, expresar sus emociones e incluso relatar historias. Otra es la lascivia; toda kajira valiosa exuda sexo por todos sus poros y se muestra todo lo obscena e impúdica que puede delante de su amo y sus camaradas con objeto de llamar su atención.

La kajira también sebe ser reflexiva e intelectual cuando se requiera que sea una criatura pensante, pero incluso en este aspecto siempre está al servicio de su amo y jamás debe poner sus ideas por encima o a la par de las de él, y mucho menos considerar que es mejor o sabe más que su amo o cualquier otra persona libre.

Toda mujer goreana libre corre el peligro de pasar a ser kajira en cualquier momento, pudiendo ser secuestrada violentamente por cualquier varón para ser entregada a un  nuevo status social de esclava. Todos sus derechos e incluso su identidad personal le serán arrebatados y suprimidos  en ese mismo instante. Su amo se comportará ferozmente dominante con ella con el objetivo de amoldarla a sus gustos personales. Para ello la llevará  a sus límites emocionales cuando sea necesario, la forzará bajo amenazas físicas a ser lo más agradable posible, la persuadirá para aprovechar su belleza femenina y para abrazar su nueva condición de  puta y sirviente. Y para ello usará un sistema de castigos y recompensas que nos es bien conocido por quienes vivimos en una relación D/s: “Cuando la kajira merezca una recompensa, debe tenerse en cuent, incluso si personalmente rechazamos la idea. Cuando la kajira merece un castigo, no debe olvidarse incluso si es preciosa para ti” (Guardianes de Gor, 1981). El amo goreano somete con mano firme sus propiedades, en una dieta constate de castigos y de recompensas. No tolera el menor de los errores y castiga de manera acorde a la falta, aunque toda falta es considerada en sí mismo grave. De igual manera hace saber a sus posesiones cuándo han sido agradables para él y las recompensará de manera frugal.

Jhon Norman en muchos pasajes no se corta ni un pelo a la hora de plagiar, por ejemplo, la “Historia de O” de Pauline Réage, en concreto a la hora de describir el ritual en el que la esclava es marcada a fuego y en el aprendizaje de ciertas normas que debe adoptar en presencia del amo.

Incluso en  una de sus novelas (Mercenarios de Gor, 1985), Jhon Norman plagia literal y descaradamente “El Arte de la Guerra” de Sun Tsu, antes de que  este libro fuese popularizado  en occidente por los ejecutivos “·yuppies” de los 80, al poner en boca de un maestro de esclavas estas reflexiones:

“ La confianza en la inteligencia solo resulta en rebeldía.

El ejercicio de la humanidad solo resulta en debilidad.

La fijación en la confianza resulta en locura.

La dependencia de la fuerza del coraje provoca violencia.

La severidad excesiva del comando resulta en crueldad.

Cuando uno tiene las cinco virtudes juntas, cada una apropiada para su función, entonces uno puede ser un amo de esclavas  ”

Solamente cambió la expresión “General” de la obra original, por “amo de esclavas”, en un ejercicio de absoluto de robo de propiedad intelectual.

También existen esclavos masculinos en Gor, muy pocos. Al margen de los que poseen las “panteras” para su propia reproducción, los esclavos masculinos (kajirus) tienen una corta vida y mueren rendidos de trabajar sin descanso, ya que se niegan a subyugar su espíritu. Las mujeres esclavas son tratadas mucho mejor por el hecho simple de que son dóciles.

El varón  goreano es extremadamente consciente de su lugar en la sociedad. Tiene un absoluto control de sí mismo y es tan confiado y arrogante como desafiante con sus congéneres. Como dominante, no solamente le interesa poseer físicamente a sus esclavas, sino  que busca ser dueño de su alma en toda su profundidad, complejidad e individualidad. Y no solo; de serle posible buscará poseer a todas las mujeres del planeta, y en esta actitud solamente está limitado por la oposición de los otros hombres rivales.

 

La pseudofilosofía de Gor. Sus posteriores influencias literarias

Estas y no otras son las razones obvias por las que la saga de Gor tiene sus fans incondicionales y una propia subcultura online avalada por miles de frikis en Second Live y en otros muchos sites de internet: un trasfondo pseudofilosófico que representa de forma insistente unos roles de género estereotipados  y un machismo radical que quizás se piense a sí mismo cercano a Nietzsche cuando el realidad es el propio del mundo rural y cateto del medio oeste norteamericano. La saga de Gor está dirigida a un varón medio, pequeñoburgués, que sueña con ser sexualmente dominante y poseer la sumisa perfecta sin consenso de ella.

En todo lo demás la saga de Gor es sumamente  pobre en estilismo y en recursos literarios, abusando constantemente en imágenes absurdas,  como los “tarn”, unas águilas gigantescas que son cabalgadas por los guerreros goreanos, o en hacer de los caballos unos animales carnívoros y peligrosos para el propio jinete.

En su día, la publicación de las novelas de la saga de Gor produjo un efecto dominó de literatura que podríamos llamar “de ficción  sexual”, comenzando por la tetralogía de Silistra, de la canadiense Janet Morris, de mucha mayor calidad literaria que la obra de Norman y que narra las desventuras de la protagonista en un mundo postapocalíptico donde, a causa de la infertilidad causada por la radiación atómica, el poder social está en manos de las prostitutas que aun pueden procrear. En la década de 1980, el rey de películas de serie B y conocido proxeneta Harry Towers (el de las películas de Fu-Manchú y de Flash Gordon) financió la adaptación al cine de las novelas de Jhon Norman, con el resultado de dos films, a cual más infame en estética, dirigidos Por Jesús Franco (4).

La serie francesa de las aventuras  de Gwendoline (que nada tiene que ver con su presunta adaptación a la tv ni con los comics de Eric Stanton  de la década de los 50 titulado “Sweet Gwendoline” (5) ) se sitúa en un futuro terrestre femdom de tacones de aguja, en donde la celda para encerrar esclavos es parte indispensable de la vivienda, donde el látigo es un complemento de moda femenino a la misma altura del bolso o el foulard, en donde las niñas cantan en corro letrillas sobre cómo dominar a los hombres escritas con la intención de que las recuerden ya adultas, y las estudiantes de secundaria toman clases de dominio mental alternando con prácticas y  de  bondage masculino y competiciones amistosas de azotes de varones o de ver quien es capaz de penetrar analmente con el “strap” al mayor número de ellos en el menor tiempo.

Pensada desde sus inicios como una réplica “feminista” a la saga de Gor, Gwendoline, la protagonista, es una detective privada  cuyo trabajo rutinario es certificar la propiedad de tal o cual macho sobre el que han caído dudas sobre su origen legal en el mercado de esclavos. De autora o autor anónimo, los hasta ahora tres títulos de Les aventures de Gwendoline, de los que no conozco versión ni en inglés ni en castellano,  tienen un sutilísimo sentido del humor y no escatima en detalles no ya eróticos, sino expresamente pornográficos en los capítulos donde se describe el uso y abuso que las mujeres hacen de los hombres en ese futuro supremacista femenino.

Otros ejemplos más actuales de literatura similar que tengo descargados en disco duro son, por ejemplo: Goldenpussy (6) o las varias novelas de la dominatrix profesional Carmenica Diez (7). El mundo del cómic de temática sadomasoquista o D/s es tan variado y abundante y abarca tantas facetas que es imposible tratarlo de pasada y sin duda merece un post  aparte.

 

La pseudofilosofía de Gor. ¿Qué es REALMENTE Gor?

Jhon Norman y su protesta antifeminista.

 

Jhon Norman, escritor de éxito de novelas de serie B, fue en la vida real un profesor de filosofía de secundaría que, conscientemente o no, creó en su serie de novelas sobre Gor una especie de pseudofilosofía sobre un orden dominante y sumiso que él consideraba “natural” a la especie humana.

Para Norman, sujeto tipo del “american way of life”, calvinista,  darwiniano y simpatizante del  Ku Kux Klan, la diferencia entre hombres y mujeres en la especie humana es el resultado de miles de años de selección natural. El macho es seleccionado por su habilidad para sobrevivir, dominar y proteger. Su contraparte, la mujer, más pequeña y débil pero más bella y detallista, es seleccionada por su capacidad para someterse y complacer a su hombre. Para  Norman, prototipo calvinista y darwiniano medio de los Estados Unidos, el varón como tal siempre fue, ha sido y será el hombre de las cavernas que ha de lidiar con recursos limitados para alimentar a las mujeres que más le agradan y que reserva para su servicio.

Para el profesor de secundaria Jhon Norman, la cultura humana, cuyo culmen  para él es la cultura norteamericana protestante de la década de 1950, está enferma y contaminada de mentiras y autoengaños: el hombre promedio desea dominar a las mujeres, pero teme hacerlo por no enfrentarse a la sociedad democrática que respalda la farsa de la igualdad femenina.  Hijo de un patriarcado que empezaba a ponerse seriamente en cuestión, Norman pensaba que existía un equilibrio sociosexual que el occidente democrático pretendía ignorar: el dominio masculino y la sumisión femenina; y utilizó la dominación total y despiadada  de los hombres sobre las mujeres en su imaginario Gor como forma radical de protesta antifeminista.

Intentando desdecirse del machismo implícito en su saga, que poco le ayudaba ya en los 70 a vender más libros, Jhon Norman escribió una obrita en 1974 con el título de “Imaginative Sex”, aún no traducido al castellano (al menos que yo sepa), en donde afirma que su objetivo como escritor era permitir dejar volar la imaginación y animar a las parejas monogámicas de los Estados Unidos al uso del “rol-playing” en el contexto de su vida amorosa.

Pero ello no le libró de la oleada de la crítica pc (political correctness, correción política) que enseguida se lanzó sobre él y su obra. Las novelas s de Norman fueron puestas en la lista negra de muchas editoriales de temática fantástica cuando el crítico Stan  Nicholss, en el Certamen Internacional de Literatura Fantástica y Ciencia Ficción de 1985, en California, dijo públicamente que la saga de Gor era simple basura con un solo fondo: “Que los hombres son hombres y las mujeres deben ser esclavas de los hombres”.

 

De las novelas a los clubs de amigos. Nacen los “círculos goreanos”.

Como suele suceder en la mayoría de los casos, los ataques solamente consiguieron relanzar la fama de la saga, incluso al margen de las editoriales. La llegada de internet hizo que los fans se multiplicaran mientras los ejemplares de segunda mano de las novelas de la saga de Gor se vendían en ebay a 100 dólares la unidad. En 1998 apareció la revista “Gor Magazine” y en el 2001 se fundó la editora “New World Publishers” con la única intención de reimprimir todas las novelas de la saga.

Pero los años de censura se habían tomado su tributo. En ese mismo 2001, el 14 de octubre exactamente,  Norman fue autorizado a hablar en la 59 Convención Mundial de Ciencia Ficción, en Filadelfia, en una intervención que la crítica catalogó como “furiosa y reprimida”: “Yo soy un libertario y he sido atacado por mentes acríticas y presuntuosas, inquisidores de una indignante corrección política”. En los Estados Unidos la palabra “libertario” tiene una connotación especial y no remite al anarquismo, como sucede en Europa, sino a la extrema derecha antisistema. Ese día de octubre significó el de fin social y editorial del escritor...

Finalmente, en el 2005, curiosamente donde nadie lo esperaba, en Brasil, dirigido por un tal Christian Sword, apareció el primer grupo que, desvinculándose de la comunidad BDSM, se proclamaba abiertamente misógino y supremacista masculino  según la “filosofía goreana”:  “ A partir de la filogenética de la especie humana, existe en el macho  un anhelo de ejercer el poder y en la hembra un anhelo para ser objeto de ese mismo poder. Declaramos fuera de todo prejuicio que  los machos humanos son superiores a sus hembras y deben enseñorearse de  ellasEsto es Gor y esto ha de ser el planeta Tierra“ A pesar de tanta rimbombancia estos grupos goreanos son más bien fantasmas y limitan sus actividades a juegos en línea en “Second Live”.

 

La otra cara de Gor. Su reinterpretación antimachista.

Con todo lo dicho, hay un detalle que resulta obvio para quien tome en sus manos cualquiera de las novelas de la saga de Gor: en los detalles, en el tiempo dedicado en describir los sentimientos y la vida interior de las esclavas, en las páginas enteras en las que se detiene la acción para relatar la forma graciosa de andar y los bailes sensuales de las kajira, su elegancia al soportar las incómodas posturas de esclava… en la pasión con que describe estos apartados que abarcan capítulos enteros… es evidente que Jhon Norman se identifica no con el supermacho dominador, sino con la mujer sometida.  

El poeta español Luis Alberto de Cuenca, quien nunca tuvo reparos académicos para sumergirse en las subculturas “pulp”, cuyo botón de muestra más famoso es su poesía a “Leia encadenada” (sí, sí, la de Star Wars) (8), dijo en cierta ocasión en la desaparecida revista underground 1984: “Es imposible leer las novelas de Gor sin percatarse que el autor se emociona sistemáticamente desnudando sentimentalmente a las esclavas kajira. De haber vivido y escrito en París y no en el medio oeste norteamericano, Jhon Norman se habría atrevido a cumplir su fantasía implícita, habría dado el paso para convertirse en el travesti en que soñaba ser y se habría ofrecido de perra al primer dominante con quien hubiera topado” (9).

 

Conclusión

Desde mi óptica estrictamente personal, mi relectura de la saga de Gor como sumisa y lesbiana,  me ha hecho  percibir que para aquellas mentes que temen lo que no entienden, si eres gay o lesbiana, está bien que seas sexualmente dominante o sumiso sobre o bajo la pareja de tu mismo sexo, porque para esas gentes alguien tiene que estar al mando. El hombre heterosexual y dominante, curiosamente, tienen menos posibilidades de ser aceptado por nuestra sociedad que cualquier otro tipo.

Incluso dentro de la comunidad BDSM este papel está mal visto o es mal entendido por algunos debido a la impronta social que hemos codificado de la influencia americanomorfa, según la cual el hombre dominante debe reprimir su instinto natural.

Esta es la razón por la cual la llamada “filosofía de Gor” sigue viva en miles de chatrooms de internet y por qué esas novelas sin interés literario se fotocopian o se reenvían en formato pdf allí donde no es posible encontrarlas impresas: porque en la saga de Gor el hombre que anhela hacerlo puede someter a la mujer que suplica someterse. La fantasía de Gor permite a muchos hombres (también a muchas mujeres, fuera ya de la dinámica de sexos) un escapismo en el cual palpar  la danza sexual entre el Amo  y el esclavo, en un nivel sádico y masoquista fuera del dominio de la “normalidad”.

 

©®  Gema Esther de Génesis

--------------------------

Notas

1) Aprendí casi de memoria las posturas de esclava de las novelas de Gor. Las posturas que conservan su nombre en la ficticia lengua de Gor son seis:

Nadu:arrodillada sobre los talones, descansando las manos en sus muslos, manteniendo la  espalda recta, la cabeza levantada y sus pechos erguidos; con las rodillas muy separadas mostrando la vagina.

 

Sula: tumbada de espaldas, con las manos a los costados y las palmas hacia arriba, las piernas ampliamente separadas preparada para el placer.

 

Bara: tumbada sobre el estómago, la cabeza mirando a la izquierda, con las muñecas cruzadas a la espalda y los tobillos cruzados de forma similar, preparada para ser atada.

Lesha: de rodillas. La barbilla en alto y la cabeza girada  hacia la izquierda, las muñecas cruzadas a la espalda, esperando ser esposada o esperando que se le coloque el collar.

Nelca: la cabeza a la altura de la cintura del Amo, dejando que tire del pelo con su mano izquierda y haciéndola así caminar detrás.

Nelqui: la cabeza a la altura de la cintura, dejando caer el pelo hacia adelante, dispuesta a que el amo o ama se limpie las manos con el mismo.

También existen dos disciplinas para la esclava en lenguaje goreano:

Birana: disciplina en la que a la esclava se le prohíbe hablar, con la excepción de gemidos y susurros; aunque no lleve ninguna mordaza, debe actuar como si la llevara.

Mirana:  la esclava debe permanecer como si estuviera encadenada, esposada, o atada con algún objeto real, a pesar de que no se encuentre atada por esos objetos realmente.

 

(2)       Las novelas de la saga traducidas al castellano son:

1. Tarnsman de Gor (1967)

2. Fuera de la ley en Gor (1967)

3. Los Reyes-Sacerdotes de Gor (1968)

4. Nómadas de Gor (1969)

5. Asesino de Gor (1970)

6. En busca de Gor (1971)

7. Cautiva de Gor (1967)

8. Cazadores de Gor (1974)

9. Merodeadores de Gor (1975)

10. Tribus de Gor (1976)

11. Esclava de Gor (1977)

12. Bestias de Gor (1978)

13. Exploradores de Gor (1979)

14. Luchadores de Gor (1980)

15. Pícaros de Gor (1981)

16. Guardias de Gor (1981)

17. Salvajes de Gor (1982)

18. Hermanos de sangre de Gor (1982)

19. Kajira de Gor (1983)

20. Jugadores de Gor (1984)

21. Mercenarios de Gor (1985)

22. Bailarina de Gor (1985)

23. Renegados de Gor (1986)

24. Vagabundos de Gor (1987)

25. Magos de Gor (1988)

La saga fue incluso continuada por otros autores sin permiso de Norman, para ejemplo, en inglés y sin traducción al castellano:

The Chieftain of Gor (Austin D. McCoi 1991)

The Captain of Gor (Austin D. McCoi 1992)

The King  of Gor (Dann Grifin 1993)

 

(3) Tipos especiales de kajira son:

Bárbara: Natural del planeta Tierra, secuestrada y trasladada a Gor  por los Reyes Sacerdotes. Son muy cotizadas por los hombres goreanos pues, nacidas libres y arrojadas a un mundo desconocido, se divierten en su adiestramiento de esclavas con sutil crueldad.

Muchachas del baño: Esclavas de los baños públicos y privados. Solamente llevan como prenda una toalla para uso de los hombres.

Esclava en viaje: Esclavas transportadas  en jaulas individuales de la que no pueden salir mientras dure un viaje en barco o en carro. Para evitar la proliferación de piojos se las rapa todo el pelo.

Esclava de cámara: Una esclava que es confinada para ser utilizada dentro de una habitación en particular y de la que no puede salir, en servicio al dueño de la casa o a los usuarios del establecimiento público en donde se encuentra la cámara.

Esclava de la moneda: Esclava que, con una caja de monedas y una campanilla encadenadas al cuello, es enviada por su dueño a prostituirse por las calles a cambio de dinero.

Esclava de exhibición: Esclava cuyo único propósito es exhibir su belleza para reflejar la riqueza de su amo. Suelen estar encadenadas en un lugar fijo.

Primera muchacha / última muchacha: La esclava alfa designada por el amo para supervisar a las demás del establo y la última esclava  en el rango del establo o “cadena” de esclavas.

Esclava de la olla: La destinada a la cocina y limpieza de la casa.

Esclava de la pasión: La destinada exclusivamente al uso sexual.

Muchacha de la casa: Ayudantes de la esclava de la olla o bien de la esclava de la pasión.

Muchacha con pendientes: Si a una esclava se le perforan las orejas o la nariz, es señal de que ya nunca será manumitida o liberada.

Escribana: Esclavas que saben leer y escribir y son entrenadas para llevar la contabilidad de la casa.

Esclava del campo: Esclavas que trabajan al aire libre, cultivando un huerto o acarreando agua o leña. Se las viste con telas bastas y llevan el pelo corto.

Muchacha de la torre: El gobierno de las ciudades-estado de Gor suele situarse en una torre central. Las muchachas de la torre son pues esclavas pertenecientes al Estado. Se las conoce por su túnica con los colores de la ciudad.

Esclava de taberna: Sirven en las tabernas, bailan para los clientes y son utilizadas como prostitutas.

Esclava limitada: Un arreglo que una mujer libre contrae para ser esclava experimental por un periodo fijo de una noche y un año. El documento donde viene especificada la fecha del término es guardado por el Estado.

Mul: Término de los Reyes Sacerdotes para los esclavos humanos, hombres y mujeres, que sirven en sus nidos.

 

(4)  Gor (https://en.wikipedia.org/wiki/Gor_(film)  y Outlow of Gor https://en.wikipedia.org/wiki/Outlaw_of_Gor). 

 

(5) La Sweet Gwendoline dibujada por el gran Eric Stanton bajo el guión de Jhon Willie en la década de 1940, justo después de terminada la II Guerra Mundial, es una rubia exuberante y un poco tontaina  que no para de meterse en un lío tras otro, lo que siempre le lleva a terminar atada y amordazada en los más ingeniosos y complicados bondages, Cuando no la anda secuestrando el villano Sir Distyc D´arcy, Gwendoline pasa su tiempo libre ejerciendo de esclava feliz de su familia y amigos. La agente secreta U-69 es la encargada siempre de liberarla y de darle una soberana azotaina en las nalgas por haberse dejado capturar.

La influencia de los escasos cinco relatos de  Sweet Gwendoline en el mundillo del cómic erótico ha sido tremenda. Sus mujeres bien dotadas, con cintura perfecta de avista vistiendo elegantes corsets, faldas de tubo y stilettos de 15 centímetros crearon una escuela del “fetichismo con decoro” que conjuga a la perfección la parafernalia lezzdom (dominación / sumisión lésbica), las técnicas detalladas del bondage y una narración tan juguetona como divertida por lo ridículo del argumento.

 

6) Goldenpussy (coño dorado), obra de la famosísima Mistress T (The English Mansion)  es la capitana de una gigantesca nave interestelar del tamaño de Londres cuyo objetivo es implantar la dominación femenina en todos los mundos habitados de la galaxia. A su llegada a la órbita terrestre se hace con el control de todas las cadenas de radio y televisión e internet y empieza a emitir sin descanso propaganda supremacista femenina. A la vez barre toda la superficie del planeta con un rayo que  ataca a la población masculina desintegrando sus ropas pero sin dañar  el cuerpo. Al convertirse todo el mundo en un campo global CFNM  (Clothed Female Naked Male, Mujeres Vestidas y Hombres Desnudos), las féminas toman conciencia de su posición superior y con ayuda de las tropas de asalto de Goldenpussy derrocan a todos los gobiernos nacionales e implantan una dictadura ginárquica mundial.

 

(7)  Las novelas de Carmenica Nica, todas de temática femdom no consensuado, me sorprendieron hace bien poco por la tremenda carga de sexo duro explícito que contienen y por la cantidad de violencia esclavista que destilan.  Se pueden encontrar fácilmente en ebay y otros lugares de venta on line.

 

(8) Aunque no tenga nada que ver con este post, no me resisto a no ponerla aquí, pues a pesar de los “puristas” de la RAE y de su  temática de película de ciencia ficción, me parece una de las mejores poesías de amor de la literatura española del siglo XX:

Leia…

Si solo fuera porque a todas horas

Tu cerebro se funde con el mío,

Si sólo fuera porque mi vacío

Lo llenas con tus naves invasoras.

Si sólo fuera porque me enamoras

A golpe de sonámbulo extravío,

Sí sólo fuera porque en ti confío,

Princesa de galácticas auroras.

Si sólo fuera porque tú me quieres

Y yo te quiero a ti, y en nada creo

Que no sea el amor con que me hieres.

Pero es que hay, además, esa mirada

Con que premian tus ojos mi deseo.

Y tu cuerpo de princesa esclavizada.

 

(9) Luis Alberto de Cuenca, entrevista, 1984  nº147

...........................................................................................................

Post Data:  

Simple curiosidad: Gor es también un hermoso municipio de la provincia de Granada, situado en un valle con un río del mismo nombre. 

 

 

Comentarios (0)